Acerca de mi proceso vital

Crecí en una familia humilde en Madrid, mostrando una imagen alegre mientras me sentía emocionalmente sola. Fue a través de mi propio proceso terapéutico que comencé a mirar con claridad mi historia, los roles que adopté para sobrevivir emocionalmente y el coste de sostenerlos en mi vida adulta.

No sabía quién era. Lloré como nunca antes. Aprendí a sentir mi dolor. Y en ese camino de volver a mí, empecé a recuperar mis recursos, y sobre todo, empecé a mostrarme desde mi vulnerabilidad y autenticidad ante los demás sin miedo a ser rechazada por ello.

Hoy camino con más presencia y compasión hacia mi propia historia, cuidando desde la adulta que soy a la niña que fui, y acompañando a personas en su malestar y sufrimiento desde ese lugar.

Acerca de mi proceso formativo

Mi profunda sensibilidad me llevó a estudiar Psicología. Posteriormente, a través de formaciones vivenciales, corporales y creativas crecí, y continuo creciendo, como persona y terapeuta, contribuyendo a tener un enfoque integral que introduzco en mis sesiones:

Algo más sobre mí

Soy mujer y no soy madre, una experiencia dolorosa, profunda y transformadora que me permitió explorar otras formas de maternaje y de habitarme como mujer. Esta vivencia también guía mi acompañamiento terapéutico con mujeres.